Aunque la frecuencia de limpieza depende de determinados factores, en la mayoría de los casos se sigue una misma pauta:
· Suelos y paredes: a diario, primero se limpian y después se desinfectan.
· Mesas de cocción, planchas, sartenes, campanas o filtros: limpiar cada día con productos específicos.
· Cámaras frigoríficas: deben sacarse las bandejas, los cajones o las estanterías y limpiar a fondo una vez al mes o cada dos meses.
· Hornos: eliminar posibles restos adheridos y limpiar con productos específicos cada día.
· Utensilios de trabajo: limpiar al final de cada turno de trabajo y siempre que se requiera, como al cambiar de alimento.
· Líneas de producción: limpiar con agua, después de cada jornada de trabajo y si se varía de alimento.
· Cubos de basura: limpiar y desinfectar a diario.
· Maquinaria: los equipos se limpiarán en función de su uso, del alimento o de la frecuencia de su uso.
Se debe detallar en el plan de limpieza específico para cada industria.
Frecuentemente la limpieza debe ir seguida de la desinfección o esterilización que implica otras dos nuevas fases, esto es, la desinfección o esterilización de las superficies con productos que destruyan los microorganismos y el arrastre o enjuague de aquellos.
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Equipo Clean Tech